@nineta
followers
following
Aún me sorprende la gente que te quiere hacer cambiar sutilmente.
Los primeros días te embelesan con lo que les dices. Te halagan cada palabra. ¡Que hasta te inundes de autoestima!
Muestran un provecho por ti, que te causa un protagonismo grandioso. ¡Con su telaraña te ciñen de palabras cadenciosas
y con su gran sutileza y educación te espolvorean soplos impresionantes!
Te subes a una nube que nunca baja. Y
te abres hacia ellos como algo paradisiaco.
Pero el dia menos pensado, cuando ya te tienen embelesada, cuando ven que estás
en sus pies y lames cada desasosiego de la otra persona y notas que estas baja
de carácter y hay esa nube de empeine, allí es cuando te dan ese puñetazo en
medio del corazon.
Empiezan a verte sentencias, intentan cambiarte, proponer que todo, todo lo
que haces no está mal, pero …. Siempre hay
ese “pero” … empiezan a exteriorizar que realmente lo que te decían antes era inexacto. Y te asombras. Encuentran inútil ya tú forma de ser o actuar según
el contexto. Te paralizas… y solo te sale ¿Por qué?
El puñetazo, antes dicho sutil. Tan
refinada es la caída que ni la ves en los inaugurales días… Pero al pasar los días, ves rebeldías que no
eran las de antes. Y como colofón te
hacen ver que eres tú el que te has transformado.
Rebuscan mil evasivas para extraerte una culpa nunca realizada.
Y ves que esa agua fogosa se vuelve fría, con fuego muy lánguido.
Y que en realidad te han hecho ver una realidad muy lejana a la tuya.
“El hombre tropieza dos veces en la misma piedra” Yo diría que más de dos
veces, pero eso sí ya con la conciencia de que los papeles pueden cambiar. El engaño emocional es lo más bajo que se puede
caer para conseguir un propósito.
Había alguien que decía: Si me
engañas una vez la culpa es tuya, si me engañas dos veces ya la culpa es mía.
Me parece que ya encontrado otra estimulación para hoy. Otra terapia para solazar…
Hay personas que cuando les preguntas por el parecer de algo tuyo; no dudan
en ningún momento en negativizar lo critico.
Y en vez de ser una causa constructiva, te realzan con su cognición imprecisa.
Porque no sabes por donde van.
Te hacen una asamblea maléfica y sin dudas alguna de su falta de esmero a
la otra persona. Y mientras te cuentan
todos los decretos de lo que preguntabas, te pasa por la cabeza en que momento
querías saber el dictamen de ese ser, que solo ves léxicos sueltos que salen
por su embocadura.
Pero lo más curioso es cuando ya los oyes diciendo:
-
Es por tú bien, no te lo tomes a mal.
¿Se escuchan ellos mismos cuando te dicen esa frase? Porque ellos mismos ya te están notificando
que lo que afirman es para hacerte menoscabo de algún modo.
Y vuelvo a mi estado neutro, recolocando mi mirada apacible y mi sarcasmo
se llena de conciencia ante tanta franqueza estúpida.
Y realmente asimilas para otra vez.
Voy hacer, a escribir y ser tal como soy. Pero eso sí; si alguna vez vuelvo a inquirir
a la misma persona otra opinión mía, me reconoceré como ser masoquista al que
le goza seguir un mismo patón. La perplejidad.
Se necesita mil vidas para relamerse de tus besos
reales.
Se necesita mil caricias
para poder adivinar tu alma.
Y ese es el impulso que induce
tú calma.
Se necesita mil vidas
para adstringir tus palabras que salen de tú apacible boca.
Se necesita mil caricias
para olfatear sin especular en ninguna locura.
Y es otro impulso que
estimula a tú mirada.
Enloquecido por
estremecer cada dia tú entidad, y así poder ver entretejer tus muslos.
Y como de un ser fuera de
lo usual, poseyera aquel rumor citado amor.
Se necesita una eternidad
para no perder la razón, con tú pelo jugando en mis pómulos.
Se necesita una bendición
a los dioses que te hicieron, mientras yo solo podría reconstruir mis celos.
Se necesita una eternidad
para paralizar el tiempo tus susurros atrás de mi nuca.
Se necesita una bendición
por llevar mi imaginación al punto de una esencia extrema.
Enriquecido de mil aderezos
detonando tu mano hacía un mismo éxtasis.
Y encubrir tus hombros
desnudos, para así reflejar tú gran belleza.
Y mil vidas, mil caricias,
una eternidad y una bendición para volver a hallar en una misma iluminación de
tú aceptación de grandeza.
El Vendrell, 20 enero
2023
Hablaba de sentimientos con mi musa. La conversación
empezó bien. Claro está que los sentimientos es una palabra
muy global, donde puede llevar a muchas ramas de
significados.
Empezamos sobre el tema de la relación de dos personas,
donde la conexión cósmica insiste cuando es aquella media
mitad que llegas a buscar muchos años y de repente de la nada
aparece. Sin planearlo.
Un día cualquiera se abre como las puertas de ese tren al cual
estabas años en aquella estación, viendo subir y bajar a
personas, con las cuales pensabas que él o ella era tú último
pasajero para subir a ese tren llamado vida, pero el billete solía
ser erróneo.
No sé cómo pasa, pero admito que sucede. De repente se abre
un tercer ojo, el hilo rojo como se dice en una leyenda
japonesa. El hilo rojo que une al dedo meñique al otro ser en
su también dedo meñique.
Ese color rojo a mí se me volvió color lila… Noté ese cambio de
color cuando aquella conexión cósmica se infiltró en mi ser.
Porque cuando hablaba con mi musa, seguíamos nuestros
diálogos como un pentagrama de una partitura con anotaciones
musicales, cuyos símbolos de musica lirica indicaban las
melodías, ritmos y acordes de una pieza que sin conocerla la
sabíamos.
Es cuando vi, que aquel tren venía aquel pasajero llamado
musa, hilo lila… aquel viajero que va en primera clase.
Que cuando se abre la puerta del vagón ves su brazo
deslizando por fuera y su mano cogiéndome tan rápido, que ni
los segundos del reloj que hay en la estación, ni le da tiempo a
seguir impulsado por el tiempo.
Llámalo amistad, pasión, comprensión, lealtad, perversidad,
risa y nostalgia divina. Orgasmo repetitivo, pensamientos
compulsivos, amor penetrante y abstracto…
Para mí, mi hilo lila, mi conexión cósmica.
Mi Adán, donde le ofrezco mi otra mitad de mi manzana, y que
me destierren si quieren para siempre del paraíso, junto a él.
Porque él es mi musa.
¿Y quién quiere un paraíso, teniendo al lado la inspiración echa
carne?
El Vendrell a 16 de enero 2023
Llevo dos días con esa sensación
de estar plana emocionalmente, y más cuando veo que alguien ha invocado a mi
ser, he intentando hacerme un plagio de mi existencia. Más coloquialmente duplicar mi forma he
intentar imprimir de otros sitios, sabiendo yo perfectamente la situación.
Y aún así me hago la
sorprendida. Lo sé, intelectualmente soy
brutal. ¡Animo al otro ser a que siga
así con sus deleitadas palabras y haciéndole creer mi gran admiración con todos
mis respetos!
Mi cerebro se remonta al año
1756. En una fiesta galante y llevando
un voluptuoso vestido tipo Marieta Antonieta, reina consorte de Francia. Con un tejido sedoso, colorido y
brillantes. La elegancia personificada a
mi gran honor de la belleza cerebral.
Mi abanico para que verdaderamente
cuando pueda reírme o coquetear, y nadie pueda interpretar del todo esa zumba.
Sí, lo reconozco, llevo
días diciendo que estoy plana y la palabra me aburre tanto que me he ido a de
mirada tierna a mirada desbastadora.
La dama, ahora mismo se
retira a revolcar palabras que sí son mías y no imitadas de una inteligencia de
otra persona.
El Vendrell a 12 de enero 2023