La leyenda del Negre Lloma

Pongámonos en situación. Año 1915 (mismo año que se publica La metamorfosis de Kafka). Atracado en la zona de poniente del puerto de Alicante se encuentra el Tiflis, un petrolero belga perteneciente a la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petroleos S.A (si juntas las iniciales te puedes hacer una idea de qué compañía es). Ahora, siguiendo el acto de imaginación, supón que uno de los tripulantes se enciende un cigarrillo en el petrolero y PUM: se lía parda.
Así empieza la historia de nuestro protagonista, uno de los cocineros afroamericanos que por aquel entonces trabajaba en las cocinas del Tiflis. Tras el incendio del barco, los tripulantes fueron rescatados, atendidos y en casi todos los casos repatriados a sus países de orígen. Y digo casi todos porque uno se quedó en tierra: John Moore. Según contaban los lugareños, le cogió miedo al mar y se negó rotundamente a volver a su país en barco.
A partir de entonces, su vida consistió en vagabundear por Alicante, pidiendo limosna, descalzo, con los zapatos alrededor del cuello, apareciendo por la Explanada y calles adyacentes, bailando, aplaudiendo y según dicen haciendo trucos de tragafuegos con gasolina. Vivía de la caridad de los ciudadanos de Alicante y, a menudo, solía vérsele en las tabernas y cafeterías de la ciudad gastándose la limosna en juego y bebida.
Su característica vida, lo dotó de renombre en la ciudad costera, bautizándolo como el Negre Lloma. Además, de su 'frenética' actividad vienen dichos como: "Eres más vago que el Negre Lloma", "Es més gos que el Negre Lloma".
Y hasta aquí la primera parte de nuestra historia.
La segunda parte de nuestra historia es la que mezcla la realidad con la leyenda. Es dificil definir donde acaban los hechos y donde empieza la leyenda, pero lo que a continuación se describe, lleva circulando desde 1936 y podría ser totalmente verídico.
El 31 de Octubre de 1936, tras más de 20 años viviendo en Alicante, nuestro querido protagonista, fue hallado muerto por pulmonía en la zona de Vistahermosa. Dado que no tenía parientes ni seres queridos que costearan su entierro, sus restos pasaron a disposición de ser enterrados en una fosa común.
Por otro lado y que nada tiene que ver con nuestro grumete cocinero, en 1936 y pocos meses después de la sublevación militar que acabaría con el gobierno de la Segunda República, acabaría en la cárcel de Alicante Jose Antonio Primo de Rivera. Jose Antonio, fundador de la Falange Nacional y la Falange de las JONS, era conocido por su ideario Nacional-sindicalista: un fascismo como el de Mussolini en italia pero con dotados de un componente católico; era hijo del dictador Miguel Primo de Rivera (que gobernó en españa entre 1923 y 1930)); defendía que España era más que una raza y aborrecía el parlamento, el cual tachaba de taberna al final de una noche crapulosa.
Caprichoso el destino, quisiera que el 20 de Noviembre de 1936 Primo de Rivera fuera condenado a muerte por conspiración contra la república. Puesto que el militar fue fusilado por conspiración, las leyes del estado obligaban a enterrar sus restos en una fosa común (En a las fosas comunes se tiraban los restos de los fallecidos durante semanas, para no tener que estar abriendo fosas y tapándolas).
Según decían los vecinos tanto los restos de Jose Antonio como los restos del Negre Lloma fueron enterrados juntos en la misma fosa común y entremezclados entre sí.
Tras la guerra civil, y bajo la orden de Franco, el cuerpo de Jose Antonio Primo de Rivera fue exhumado, metido en un ataud y llevado a hombros con honores desde Alicante hasta el Panteón del Escorial, en Madrid. Más tarde sus restos se trasladarían al Valle de los Caídos para darle sepultura.
Y aquí viene la leyenda que dice que, irónicamente, en la basílica del Valle de los Caídos quien se encuentra enterrado con honores, a los pies del altar mayor de la basílica, rodeados de los cuatro arcángeles de bronce de 7 metros de altura y trasladado a hombros con honores desde Alicante hasta Madrid, no es el ilustre militar destacado y con títulos nobiliarios Jose Antonio Primo de Rivera; si no el vagabundo alcóholico, perdido y limosnero John Moore, conocido por todo Alicante como el Negre Lloma.