Desde que tengo uso de razón, sé lo que es la ansiedad y la depresión, mi mente se ha fracturado muchas veces. He sido ese niño y ese adolescente introvertido que necesitaba estar sólo para recargar sus energías. Esa persona no entendida por la gran mayoría de personas, porque no saludaba o me iba de los sitios sin decir nada. Si estás leyendo esto, y sabes de alguien así, un mensaje importante: no te lo tomes a lo personal, esa persona que está así se está atendiendo porque no se siente bien, no va contra ti.
Pero el haber tenido ansiedad y/o depresión no quiere decir que tengas que arrastrarlo de por vida, se puede poner acción en pro de mejorar, con voluntad y mucho esfuerzo, pero sobre todo humildad y valentía de reconocer que hay un problema y pedir ayuda.
A estas alturas de mi vida, donde la depresión ya no está presente desde hace mucho tiempo y que la ansiedad da sus últimos coletazos, puedo afirmar que siempre hay luz y esperanza para todas las personas que pasamos por esto. Y para conseguirlo he realizado varias técnicas en mi vida, espirituales y emocionales, como cursos, talleres, terapias, desarrollo personal, meditación, etc...
Hace un par de años tuve un acontecimiento en mi vida que me dio un vuelco totalmente a todo, siendo este suceso mi segunda vez que debo dar gracias a la vida por traerme lecciones que me han hecho crecer exponencialmente, lo que llamamos despertar de la conciencia o despertar espiritual. Porque por fin estoy tratando mis problemas más profundamente. Y ojo, se sufre mucho, pero una vez que pasas esa noche oscura del alma, te sientes muchísimo mejor. Y para eso estoy aquí, de ahí nació mi vocación por ayudar a quien quiere ser ayudado, por eso me he formado a nivel psicológico, emocional y espiritual, y por eso fundé mi proyecto @serempath.
Desde hace meses llevo un diario de sentimientos y pensamientos. No es un diario en el que escriba todos los días, pero me ayuda mucho. Repasándolo, releyéndolo, me acaba de enseñar algo muy potente y en mi último escrito en el diario, he decidido escribir una carta a mi ansiedad, algo que he aprendido o estoy aprendiendo, porque esto es un continuo aprendizaje para mejorar la salud mental, la calidad de vida y la salud emocional y espiritual.
Lo que comparto ahora es algo muy personal, pero que pienso que puede servir a alguien.
Carta a mi ansiedad:
La ansiedad es miedo, es control, son sentimientos ahogados, es inseguridad, es creer que todo va en tu contra, es ruido mental, es dejar al ego libre, te baja la autoestima, es peligrosa y puede acabar con la vida que tienes o quieres construir.
La ansiedad es contraria al amor.
El amor es serenidad, es paz, es tranquilidad, es confianza, es seguridad, es buena autoestima, va a tu favor, te reta a ser mejor. El amor es plenitud, te llena el alma y te hace pisar fuerte. Porque lo que haces de corazón siempre será bueno para ti y los que te rodean, porque desde el corazón eres lo que el universo y tu intuición te dicen.
Tengo ansiedad porque dejo de escuchar al amor. Y no es algo que se quiera o desee, simplemente existe y se entiende cuando la vives.
Lo que se me ocurre para escuchar más al corazón y menos al ego, más al amor y menos a la ansiedad:
- Accionar en pro de lo que quieres construir aunque una voz en tu cabeza lo quiera impedir. Esa voz está, pero se aprende a ignorarla.
- Meditar y respirar profundamente atendiendo a la luz del corazón.
- Moverse, no tener el cuerpo quieto. Ejercicio, deporte, pasear...
- Mente creativa, enfocada y positiva. Mantener la mente ocupada en lo que quieres construir para ti, enfocada en tus sueños, en tus metas.
Si atiendes a la ansiedad, no atiendes al amor. Si atiendes al amor, la ansiedad se cansará de querer estar en tu vida. Por lo que creo, lo que se me ocurre, es que quiero atenderme más y amarme más.
Un abrazo enorme.