Tras la penumbra

Parecía mayor de lo que era. Siempre echaron dieciocho añitos cuando solo tenía 16 pero Laura no tenía miramientos hacia los hombres. Fueron muchos los que intentaron conquistarla pero ella nunca cedió. Ella era especial sentía algo por las mujeres. Laura se sentía atraída por su género y se había fijado en una chica que tenía 22 años. Laura pensó que no tenía nada que hacer que su belleza estaba en el interior y desafortunadamente el exterior fue su peor reproche. Tenía la cara angelical y redonda los ojos azules y los labios rojos marroncitos unos dientes blancos como la cal y una melena que le llegaba hasta la cintura. No entiendo por qué ella dudaba de su belleza comparándose con las demás. Deseaba decirle algo a la chica gritarle al mundo que la quería pero no podía hacerlo.¿Qué diría su familia si se enterara? Pero ella deseaba sentir su cuerpo. Sin darse cuenta se había hecho de noche y las estrellas alumbraban a una luna triste. Laura decidió irse a casa y acostarse en su camita mientras su cabeza rondaba una y otra vez la imagen de la chica. Tras la penumbra se oscureció lo que eran sus ideas y finalmente se durmió