Llueve, la densa oscuridad impide ver la violencia con que cae el agua llenando con rapidez el torrente que arranca las hierbas de cuajo al pasar.
El fuerte viento sacude con fuerza las ramas de los árboles del parque cayendo en el suelo duro.
De pronto un enorme trueno surca en el cielo tras la brillante luz del relámpago que ilumina todas las sombras.
Poco a poco la tormenta cede. Una inmensa paz cubre la tierra .El agua corre indiferente mezclándose con el color rojo de la sangre que se traga hasta hacerla desaparecer.
Y allí está junto al charco un hombre yace de costado, frío, muestra la desolación del instante definitivo.