Te propongo ser el error de acertar en tu vida. Te prometo jugar como si fueras nieve, dibujar otoños en verano, escribir mi nombre en ventanales con bajo. Que seas tu entre un millón y mil veces cada día. Ser aquel libro que dejaste de leer, incluso aquel que nunca fue la última página, la última letra del mío. Te propongo que cuando no haya nadie, no seas alguien y simplemente seas. Que si te pierdes, me busques. Que si te busco, te encuentre. Olvidar guerras lentas de tambores perdidos que dejarán soldados heridos en el suelo. Perder un ayer que no existe. Inventar hoy. No ser la excusa de una inercia perdida. Te propongo altos y largos vuelos si te rompes en mil pedazos. Que te enamores como nunca y dejes de sufrir como siempre. Te propongo ser el final de mis días. Mirar atrás. Suspirar. Desear volver a empezar. Te propongo contar nuestra historia con el sol de la victoria del último día. Dime cuándo y dónde y ... allí estaré...