Te menciono en cada estación del año.
En cada invierno te menciono
cuando el frío apaga el calor
de tu cuerpo acostado.
En primavera como un beso te recuerdo,
cálido y acolchado.
Después me llegas como un perfume
de verano,
lleno de inmensa luz, acalorado.
Y las hojas de otoño en la acera
me recuerdan
que todos los fríos
y todas las lluvias
llevan escrito en el paladar
tu nombre con un sabor amargo.