Un esquiador se refleja en las paredes de espejo de una cueva de hielo. El hombre camina con cautela dentro de la peligrosa caverna, de más de 100 metros de profundidad, y la cual se derrite rápidamente.
Un esquiador se refleja en las paredes de espejo de una cueva de hielo. El hombre camina con cautela dentro de la peligrosa caverna, de más de 100 metros de profundidad, y la cual se derrite rápidamente.