-No creo en el diablo.-Pues deberías. Él cree en ti.
El año 2005 fue un año espectacular para el cine y para las adaptaciones de obras a la gran pantalla. Pero si alguien salió ampliamente beneficiado fueron Warner Bros. y la 20th FOX, que metieron auténticos pelotazos de recaudación desde que arrancó el año hasta el final del mismo.
Fue el año de Harry Potter y el cáliz de fuego, de Star Wars III: La venganza de los sith, de Batman Begins, Charlie y la fábrica de chocolate y La guerra de los mundos entre otros. Pero de entre todas estas grandes taquillas hubo una que a mí me llamó especialmente la atención mucho antes del estreno. Y esa fue la libre adaptación de Hellblazer, Constantine.

En Constantine seguimos la vida de John Constantine, una suerte de hechicero, exorcista y justiciero que nació con la capacidad de ver la presencia de ángeles y demonios en La Tierra. Esto le llevó a suicidarse siendo más joven, donde conseguiría estar muerto por dos minutos (cosa que le valió descender al infierno por una eternidad) hasta que le reanimaron contra su voluntad. Al regresar encomendó toda su vida a servir a Dios con la intención (en vano) de hacer méritos para ganarse su entrada en el cielo (los suicidas van al infierno).

Sin embargo John ha renunciado a la versión hipócrita de la "cruzada divina" y se ha convertido en un justiciero cínico y pesimista que no planea obedecer la guerra entre el cielo y el infierno, guardando con sus habilidades mágicas la frontera de La Tierra para que cada uno de los seres (divinos y demoníacos) permanezcan en su reino. Esto cambia cuando John empieza a ver cómo los demonios están intentando entrar en nuestro mundo con mucho más empeño.

Mientras tanto se topará con el caso del suicido de Isabel Dodson, la hermana gemela de la detective Ángela Dodson (interpretada por Rachel Weisz), ambas católicas. La detectiva busca la ayuda del hechicero y este será el punto de partida de un camino que les llevará a atar cabos y desatar un plan aún más siniestro de lo que esperarían.

Constantine no es una adaptación fiel del cómic y eso lo tenemos que tener claro. Es una versión libre, de rápida digestión y casi para todos los gustos, donde no deja de esforzarse en mantener una estética oscura, una calidad resolutiva bastante competente, efectos muy de los 2000 y un reparto perfecto.
¿Por qué entonces fue tan odiada en su momento?
Porque Constantine es un anti-héroe muy apreciado por el fandom y ver una versión completamente diferente nos chocó a todos. Luego estuvimos los que entramos a jugar en la premisa de la adaptación y vimos lo que tenía que ofrecer y los que dieron la espalda y rompieron la baraja por completo.

El tono de Keanu a la hora de interpretar a John era mucho más sobrio, menos pícaro y mucho más introspectivo (cualidades habituales en sus interpretaciones). Eso y que estéticamente se parecían lo que un huevo a una castaña.

Pero si tomabas esto como una adaptación paralela o un universo alternativo, con unas apariencias diferentes (cosa que se estila mucho en las series hoy día para dar libertad a los creadores), nos queda una cinta sobrenatural bastante entretenida que no pretende ni profundizar demasiado ni que estés sentado más de lo debido, dejando incluso la puerta abierta a una secuela (que verá la luz en algún punto, tras haberlo confirmado Keanu hace no mucho. Pero, de momento, poca información al respecto).
La ejecución de la película también es bastante competente, con recursos creativos y de dirección bastante buenos a la hora de generar atmósfera, valiéndose de algunos clichés del género terror pero dándoles una pequeña vuelta de tuerca. Las habilidades de John, aunque no son llamativas, resuelven sobradamente (mejor que muchas series de TheCW, diría yo) y la creación del universo, aunque sin demasiada pirotecnica, queda estupendamente con toda la fotografía y el tono con el que arrancan.

Y tú, ¿La conocías? ¿Te gustó? ¿Tienes ganas de la segunda parte? ¡Déjamelo en los comentarios!