
Hace casi 20 años, en 2005, dos jóvenes creativos dejaron atónitos y entusiasmados a millones de espectadores cuando se emitió una por entonces desconocida serie llamada AVATAR: The Last Airbender (La Leyenda de Aang en España). Su estilo, su mitología, su universo y sus personajes ganaron fama y popularidad a una velocidad meteórica, generando varias temporadas, videojuegos, secuelas y una adaptación al cine.
Los creadores:
Dante DiMartino y Bryan Konietzko

Animadores de profesión, se conocieron durante su estancia en la productora Film Roman , donde estuvieron trabajando en proyectos como El rey de la colina, Padre de Familia, y Mission Hill. Ahí Dante ya trabajó dirigiendo su primer proyecto en solitario; el corto Amor Atómico.

La idea para la serie de Avatar surgiría en 2001, cuando DiMartino, que en ese momento trabajaba como guionista y productor de "King of the Hill", tuvo la idea de crear una serie animada de fantasía que fuera épica y divertida a la vez. Konietzko, que en ese momento trabajaba como diseñador de personajes en "Invader Zim", se unió a DiMartino en el proyecto y juntos comenzaron a desarrollar la historia.

Inicialmente, la serie se iba a llamar "Avatar: The Legend of Aang" y la trama se centraría en un niño de 12 años llamado Aang, que era el último sobreviviente de los Maestros Aire; una raza de personas que podían controlar el aire gracias a sus dones de "control" elemental (no todo el mundo podía tener este don).

Aang, junto con sus amigos Katara y Sokka, debía viajar por el mundo de la serie, encontrar a los otros Maestros Elementales y derrotar al malvado Señor del Fuego.


Después de trabajar en el concepto durante varios años, DiMartino y Konietzko presentaron la idea a Nickelodeon en 2003, y la serie se convirtió en un éxito instantáneo. "Avatar: la leyenda de Aang" se emitió desde 2005 hasta 2008 y ganó varios premios, incluyendo un premio Emmy.
Uno de los aspectos más interesantes de la serie es cómo los creadores fueron influenciados por varias fuentes para dar vida a este universo fantástico.

Uno de los aspectos más destacados de Avatar es su representación de las artes marciales. Los creadores tomaron inspiración de diversos estilos de artes marciales, como el kung fu, el tai chi, el ba gua y otros muchos. Para ayudar a diseñar los estilos contaron con el maestro canadiense de artes marciales Kisu "Sifu" (Maestro).
Una vez tuvieron la base, tras la ayuda de Kisu Sifu, se juntaron con el equipo de animación y algunos coreógrafos para unir ideas y desarrollar las animaciones, los movimientos, las transiciones, etc:
El enfoque, sin embargo, distaba mucho de las series de animación conocidas como Dragon Ball Z, cuyas técnicas se alejaban de las artes marciales y se centraban en "magia" o la habilidad de acumular "ki"/"chi" de alguna manera para luego soltarlo de la manera más epiléptica posible.

El empeño de Kisu fue siempre el de dotar esta faceta de la serie con la mayor coherencia posible y por eso estuvo revisando y teuniéndose con el equipo de animación y los especialistas marciales.

Además, también se basaron en la cultura y las tradiciones de China, Japón y Corea para crear la atmósfera de la serie, el folklore y las diferentes sociedades y naciones que encontraremos en la serie.



La religión también juega un papel fundamental a la hora de confeccionar el mundo de Avatar y podemos encontrar diferentes trazos de hinduismo, taoísmo, budismo, sintoísmo y algunas otras.

No solamente hablamos de la estética sino de conceptos como el "estado Avatar", la apertura de los "chakras", las técnicas de "bloqueo del chi", los espíritus del yin y el yan.... Todo conceptos relativos a las creencias en corrientes de energías que recorren nuestro cuerpo y que rigen el universo (como la fuerza en Star Wars).

Pero en la estética podemos observar también esas reminiscencias culturales que van desde la religión al folklore, como es el caso de los atuendos tradicionales de las Guerreras de Kioshi, por poner un ejemplo.

Podemos observar cómo se combinan y adaptan diferentes elementos de la cultura japonesa y el kabuki japonés: pinturas, adornos, armaduras, armas, etc.

Los creadores también se inspiraron en el trabajo de Hayao Miyazaki, el legendario director de animación japonés. La animación de Avatar tiene un estilo similar (o más bien inspirado más en sus primeras etapas) al de Miyazaki, que se caracteriza por su detallada atención a los entornos naturales y la atención a los detalles.

La serie ha contado con muchos directores acreditados. Uno de los más reconocidos a día de hoy no podría ser otro que David Filoni, quien trabajó en la serie como director de animación y fue fundamental en la creación de personajes convincentes y en la construcción del mundo de la serie. Filoni también trabajó en la exitosa serie de animación Star Wars: The Clone Wars, y se puede ver su influencia en la forma en que Avatar utiliza la animación para contar historias complejas y emocionales.

La serie también cuenta con la participación de otros directores de animación talentosos, como Giancarlo Volpe, Joaquim Dos Santos y Lauren MacMullan. Cada uno de ellos trajo su propio estilo único a la serie, lo que ayudó a crear una obra de animación verdaderamente diversa y emocionante.

A medida que la producción avanzaba, DiMartino y Konietzko se convirtieron en los showrunners de la serie, supervisando todo, desde la escritura de guiones hasta la animación y el diseño de personajes. Trabajaron incansablemente para asegurarse de que la serie fuera fiel a su visión original, y su trabajo duro valió la pena: "Avatar: The Last Airbender" se convirtió en un éxito crítico y de audiencia, ganando premios y una base de fans dedicada. A día de hoy, de hecho, se la considera la obra de animación occidental por excelencia.

Otra de las cuestiones que engrandece el trabajo de la serie es que "Avatar: The Last Airbender" aborda varios aspectos de la vida, incluyendo:
- La importancia de la amistad y las relaciones interpersonales: La serie destaca la importancia de la amistad y cómo las relaciones interpersonales pueden ayudarnos a superar desafíos y lograr nuestros objetivos.
- La diversidad cultural: A lo largo de la serie, se exploran diversas culturas y tradiciones, y se fomenta la aceptación de las diferencias culturales.
- La ética y la moralidad: La serie explora temas éticos y morales, como la responsabilidad personal, el bienestar de la comunidad y la justicia.
- El cambio y la superación personal: La serie presenta personajes que se enfrentan a desafíos y luchan por superar sus limitaciones personales para convertirse en la mejor versión de sí mismos.
- La ecología y la conservación del medio ambiente: La serie muestra la importancia de cuidar el medio ambiente y las consecuencias negativas de la destrucción del mismo.
- Normalizar que "familia" es quien se lo merece, no quien comparte sangre: Mediante el arco del príncipe Zuko y el tío Iroh podemos ver cómo tanto su padre, el rey Ozai, como su hermana, la princesa Azula, son auténticos bichos, malas personas, que obligan a los demás a ser igual de malos que ellos. Aquí Zuko romperá lazos y entenderá que su integridad humana, su moral y su porvenir están muy por encima de los designios de un entorno familiar tóxico y viciado.
- El dolor de madurar: Seguir las aventuras de Aang y sus amigos nos hace empatizar con cómo uno no debe aferrarse a según qué cosas, a normalizar la pérdida, a procesar la pena, a no pagar la frustración con quienes no debemos...
- Inclusión orgánica: En la serie podemos ver cómo se destacan personajes con discapacidades, como la mejor maestra del elemento tierra-metal, Toph, que es una niña ciega de nacimiento. O Teo, el inventor, que es un chico en silla de ruedas. Incluso tenemos al villano cañero "Combustión" (apodado por Soka), que cuenta con miembros protésicos.
- La pérdida: Todos los personajes muestran fases inherentes al paso de la vida y entre esos momentos se encuentran los más dolorosos; la pérdida de algún ser querido. En la serie no esquivan tampoco esta temática y la abordan de una manera sencilla, tierna y de fácil asimilación.
Por todas estas cuestiones no es solo que Avatar aborde temas profundos y universales que puedan ser relevantes para personas de todas las edades y orígenes culturales. Es que es un programa precioso y perfecto para ver con los pequeños y no tan pequeños de la casa gracias al lenguaje tan sencillo que utilizan para explicar cosas que podrían ser temas a priori complejos.


En resumen, Avatar: The Last Airbender es una serie de animación que se beneficia de múltiples influencias creativas para dar vida a su mundo imaginario. Desde la cultura asiática hasta el trabajo de directores de animación talentosos, la serie es un homenaje a muchas formas de arte y entretenimiento y su legado seguirá siempre vivo porque su frescura y su calidad serán siempre atemporales.

Las lecciones del Avatar se transmitirán a incotables generaciones en la posteridad.
