
Cuando se rodó "Bram Stoker's Dracula", Gary Oldman tenía 33 años, mientras que Winona Ryder tenía 19. Se ha comentado muchas veces que se llevaban muy bien hasta que un día salieron enemistados del rodaje y no volvieron a hablarse. Nunca quedó muy claro la razón del distanciamiento hasta que un extra del rodaje, Jonathan Emrys, contó una anécdota sobre lo que habría sucedido:
En su primer encuentro con el conde, "Mina" (Winona Ryder) debía sentir horror, sorpresa y curiosidad. Tras repetir la toma varias veces, Gary Oldman tomó un calabacín (o zapallo) y, justo cuando Ryder se giró para verlo, lo colocó en su entrepierna e hizo gestos obscenos con él (fuera de plano). Coppola mantuvo las cámaras rodando y aquella sería la toma que aparece en la película. La actriz abandonó el set furiosa mientras Oldman se reía a carcajadas.