
Ahora que ya han arreglado el bug ese tan coñazo que te sacaba de las partidas (y que llevaba ahí demasiado tiempo enquistado, según me han dicho), he vuelto a retomar Crash Teamg Racing: Nitro-Fueled, el genial remake de CTR para consolas actuales.
Y sí, parece ser que se ha esfumado el problema que impedía jugar con normalidad, pero lo que no han tocado (para mi desgracia) ha sido la dificultad del juego, que sigue siendo tan alta y poco amable que espanta.
Con este juego de carreras me pasa lo que con el Crash Bandicoot 4: It´s About Time: son títulos tan difíciles que, llegado el punto, dejan de parecerme divertidos.
Según yo lo veo, un juego tiene que ser desafiante, sí, pero también tiene que saber cuándo recompensarte y cuándo dejarte avanzar. Y aquí no eso ocurre.

En serio, no sé en qué momento se asoció a la franquicia del marsupial con juegos de una dificultad extrema, porque no son su seña de identidad. Pero ni de lejos.
En la época de la trilogía para la primera PlayStation existían en esas obras algunos picos de dificultad jodidos en puntos muy concretos (o en niveles muy específicos), es verdad, pero no eran la temática dominante, como sí lo es en la cuarta entrega.
De hecho, y por poner un ejemplo, Naughty Dog eliminó de la obra original un nivel llamado "Stormy Ascent" por considerar que resultaba demasiado exigente para el jugador medio y porque se corría el riesgo de hacer mella en el ritmo general de la aventura.
Y en Crash Bandiccot 4, ¡la mayoría de niveles son similares en dificultad a "Stomy Ascent"! Una auténtica locura.

En fin, seguiré intentando avanzar en Nitro-Fueled, pero dudo que aguante mucho más. Ya me atasqué en uno de los circuitos del modo "Aventura", y la vida adulta no me deja tanto tiempo como para estar repitiendo la misma carrera cincuenta veces. Ojalá, pero no.
Solo espero que si se animan a sacar un Crash Bandicoot 5 (cruzo los dedos), midan un poco mejor el tema de la dificultad, porque no siempre más difícil significa mejor.
Al menos, no para mi.
