
El odio del Grinch por la Navidad viene dado por algo muy puntual: la deformación del espíritu navideño y del significado de la Navidad.
La pasión de nuestro amigo verde ha sido robar los regalos de toda la aldea, creyendo que con eso hace desaparecer de un plumazo la Navidad. El mensaje es simple: el consumismo, la compra indiscriminada, los regalos materiales, el gasto de dinero… parece que solo a eso se reduce la Navidad. Si lo vemos de esa manera, es bastante entendible procesar la idea de por qué el Grinch odia la Navidad. Ahora, cuando alcanza un nuevo nivel de conciencia, en el que tanto él como los demás aldeanos comprenden que no son los regalos, sino la presencia y el amor, los verdaderos valores navideños, las fiestas adquieren una nueva y mucho mejor dimensión.