
Hoy vuelvo a traeros una de esas anécdotas que me han ocurrido a lo largo de mi vida videojueguil y que sé que tanto os gustan. Por suerte y sin esfuerzo me vienen a la mente muchísimas diferentes de todos los tipos pero curiosamente de la que os voy a hablar es una historia que no muchas personas conocen pues la gente de mis círculos no estaba aquella noche conmigo en la que mientras jugaba a Pokemon Rojo en mi Game Boy SD conocí a Nicole la gogó.
Esta peculiar historia ocurrió ya hace diecinueve años y estos son los antecedentes que necesitáis saber; yo vivía y trabajaba en Parla, pero en cambio la chica con la que salía vivía en Alcorcón. Como no tenía coche el transporte público era mi pan de cada día y para más inri, como esta chica se encargaba de un bar pues yo me quedaba con ella hasta el cierre por lo que a altas horas de madrugada me tocaba coger toda una retahíla de metros y autobuses para volver a mi hogar. Como por desgracia acumulaba diariamente horas de espera en los diferentes transportes pues rescaté mi Game Boy SD y el juego de Pokemon Rojo para volvérmelo a pasar.
Respecto al juego, anteriormente había conseguido tener 148 Pokemon entre los que se encontraba Mew, pero mi queridísimo hermano le dejó el juego a una amiga y me borró la partida... La cosa es que retomé con mucho gusto una nueva partida y curiosamente esos momentos en los que jugaba eran en ocasiones los más entretenidos del día pues la relación que mantenía con aquella chica estaba dando sus últimos coletazos y estaba más mal que bien en su compañía (imagino que la sensación sería mutua).
Una noche cerca de las dos de la madrugada cuando iba de camino a la marquesina del autobús vi como éste se alejaba...¡Perfecto!, a esas horas me iba a tocar esperar mínimo una hora hasta que pasase otro... Pero tampoco iba a ser un tiempo sufrido, pues tenía en stand by la consola y estaba a punto de pasarme el gimnasio que más se me atragantaba en el que conseguías la medalla pantano. Así que me senté en la parada, saqué mi consola, me puse a jugar y mientras me enfrentaba a Sabrina, la líder del gimnasio, ocurrió el horror; empezó a parpadear la luz de la batería. Sabrina me mató unas cuantas veces, pero cuando la estaba pateando el culo, mientras sudaba por que no se me apagase la consola vi como se acercaba lentamente un coche hacia mi posición.
Llamadme desconfiado, pero preferí cerrar la consola y guardarla en el bolsillo del abrigo mientras pasaba el coche. Entonces éste se paró justo delante mío, se bajó la ventanilla del copiloto y desde el interior una chica me pedía que me acercase para preguntarme algo. Cuando me incliné y me asomé vi a una belleza de mujer; rubia con el pelo corto, ojos azules, labios carnosos, piel clara y unas curvas que mareaban.

La chica se presentó, se llamaba Nicole y estaba interesada en saber cuánto tiempo llevaba ahí por si había visto pasar a una persona que buscaba.
- No llevo mucho tiempo la verdad. Ando esperando el autobús desde hace unos diez minutos.- La dije mientras pensaba en la pérdida de tiempo que era esa conversación y cómo aumentaban las posibilidades de que se le acabase la batería a la Game Boy SD jodiéndome la victoria del gimnasio.
Nicole me dijo que esperaría ahí hasta que apareciera la persona que buscaba y entabló conversación conmigo desde el coche. Me dijo que era gogó de la discoteca Arena de Madrid y se interesó en mi profesión (la seguridad privada). Después de un ratito me ofreció entrar al coche con ella, pues la verdad es que hacía frío en la calle y puesto que no iba a poder jugar a Pokemon mientras estuviésemos hablando decidí aceptar su propuesta.
Una vez dentro, seguimos hablando sobre el encanto de la noche, el tener trabajos nocturnos y varios temas banales para pasar el rato. Finalmente me dijo que no iba a esperar más a la persona con la que había quedado. Me miró fijamente, con las pupilas dilatas y una sonrisa traviesa y me invitó a ir a su casa:
-Vivo cerca de Parla, disfrutemos la noche juntos, veamos una película, démonos una ducha, pasémoslo bien y por la mañana te acerco a tu casa cuando nos despertemos.

Yo soy una persona responsable que tiene unos valores muy fuertes y cuyas convicciones son inamovibles y supe mantenerme firme en mi decisión de negar tal invitación. Eso sí, estaba de los nervios, pero soy de esas personas que sabe no transmitirlo a lo demás.
-¿Qué ocurre? ¿Tienes novia?, para mí eso no es un problema. La vida es joven y hay que saber disfrutar los buenos momentos que nos depara el destino- Me insistía.
Así que en esa circunstancia estaba, con Nicole, una chica que podría ser la envidia de Scarlett Johansson insistiendo cual viciosa y yo con toda la educación del mundo diciéndola que tenía que cumplir con mis deberes y responsabilidades como hombre adulto que era. En esos momentos fue cuando apareció el autobús nocturno.
La dije a Nicole que tenía que marcharme y con una mirada de decepción e incertidumbre se despidió de mí. Me monté en el autobús y recapacité muy brevemente sobre lo que había ocurrido; sin duda tenía que cumplir con mis responsabilidades:
Saqué la Game Boy SD del bolsillo que por fortuna seguía encendida. Continué con mi combate, vencí a Sabrina, conseguí la medalla Pantano, grabé la partida y seguidamente se apagó la consola. Por fin se me calmaron los nervios, pude respirar con tranquilidad y siendo consciente de lo que me había costado conseguir esa medalla me dije a mí mismo "Óscar, esta noche has triunfado"
