Hay días que se marcan de una forma extraña en en calendario, días que son pequeñas estacas que te apuñalan más cuando se van acercando.
Hay días que son heridas punzantes dispuestas a hacer que te desangres como una botella boca abajo cayendo al vacío.
De cristal, como si supieras que estás a punto de cortarte, que las horas se aproximan y se convierten en puñales.
Qué al final acaba llegando el día y sabes que habrá más 18 de enero, que volverás a revivirlo.
Qué las ausencias se sienten más en estos días, como si fuera una fecha que siempre te persigue.
Qué el dolor empieza a penetrarte cuando se va acercando el día, como si fueran pequeños granos de arena de un extraño reloj.
Qué seguirá pasando la vida y seguiré reviviendo ese día en un amargo deja-vu.