
No se dónde he leido que los optimistas inventaron el avión y los pesimistas los paracaidas, en todo caso, si ya esperas lo peor de antemano restas espacio a la decepción. Séneca decía algo así como que si quieres tener un día fabuloso desayunate un sapo nada más levantar, y así todo lo que te pueda pasar el resto del día no será tan malo como ese mal trago.