Empezaba Septiembre con el quiosco repleto de novedades, las revistas hervían entre azoradas visitas de curiosos en busca de sus publicaciones favoritas para volver al cole, a la vida.
Rumiando una crisis económica y en previsión de pérdida de poder adquisitivo, precisamente adquirir ocio y conocimiento, es decir, invertir en uno mismo es una tarea necesaria para el conocimiento, la contextualización para identificar los nuevos pasos a seguir.
Ya casi rozamos medio mes de Septiembre y ya la vuelta de las vacaciones ha ido olvidándose y nos recostamos cómodos en el sofá, haciendo de nuestras habilidades artísticas, culinarias, lectoras un refugio útil para entretejer horas de placer.
Yo miro a la luna y el mar, no como soñador incipiente, romántico. El NewSpace, las misiones de la Nasa que se postergan, las iniciativas privadas de Elon Musk, Space x, y el hidrógeno por encontrar, los problemas éticos de exploración , extracción y explotación. Mientras los debates de las energías renovables miran hacia el mar, ese mar más caluroso por el cambio climático. Porque se buscan soluciones energéticas, con la energía marina.
En fin, todos estamos de nuevo enganchados al hoy y al porvenir, luchando entre libros, mercados, números, poesía, arte y las nuevas tendencias.
Es bueno esta inquietud social. Quiere decir que no procrastinamos y que hemos empezado con fuerza.
Miro por la ventana y aún vuelven los chavales de una larga noche de copas y alegría. Me sale una sonrisa profunda e inevitable. Todo está en todo. Todos somos uno. La algarabía demuestra que tenemos ganas de disfrutar.
Así que ya me levanto con ganas de mirar al espejo y ver los guapo que soy y la cantidad de cosas productivas que voy a hacer durante el día.
De momento, aquí dejo escrito en Mamby lo que pienso, por si algún curioso y amable lector le interesa.