Puede que hayáis oído hablar de este paraje.
Se llama 'Albión' y es el nombre original de la gran isla de Gran Bretaña.
Un vasto paraje verde. Lleno de precipicios y habitado, en su origen por tribus salvajes de los bosques.
Llamado Albión a partir del término del latín albo, blanco, seguramente debido a sus preciosos acantilados de piedra blanca en el Suroeste de la isla. Como los del estrecho de Dover.

En el sur, una raza de gigantes habitaban el lugar, liderados por su gran jefe Gormagog.
Un día llegan a sus costas un grupo de aventureros troyanos liderados por Bruto.
Entre ellos un hombre, Corineus, el cual acaba por vencer al líder gigante y librar la isla de este pueblo.

Desde ese momento los troyanos mezclaron su estirpe con la de los pobladores del lugar.
De esta mezcla genética entre los mismos habitantes salvajes de Albión y los colonos helenos nació la espléndida raza de los bretones.
Y así comienza a desarrollarse el fabuloso y grandioso reino de Albión, homónimo a la isla donde se levanta

Llega el cristianismo y José de Arimatea evangeliza la isla, dando a conocer los mandatos de la fe y el camino de los píos.
Desde ese momento los caballeros nobles se dedicarán a la virtud del valor, la caridad y el auxilio. Especialmente a doncellas raptadas por dracos, cosa bastante habitual en la época y el lugar.

Albión, como he dicho, era un extenso y bello territorio forestal, habitado por multitud de seres feéricos como hadas o duendes.
Estos seres a menudo ayudaban a los humanos en sus tareas y desarrollo, como era el caso de los kobolds y los gnomos, que ayudaban en las minas a extraer los metales preciosos en los que la gran isla de Albión era muy rico.

Con esos metales los herreros, muy hábiles en su oficio, forjaban armas y armaduras que los magos hechizarían después, para potenciar sus cualidades y así, con ellas, los caballeros, desde las montañas y sus castillos, noblemente protegían eficazmente a los pueblos y aldeas.

Albión poco a poco se convierte en un reino esplendoroso, rico y boyante.
Muy envidiado tanto por su riquezas y sus conocimientos, como por sus bendiciones y rápido desarrollo.
Incluso se dice que las mujeres de Albión eran conocidas por su pureza y si belleza, y a menudo eran raptadas por malhechores, bandidos e incluso enemigos de los reinos vecinos

Y es que Albión, aunque próspero debía estar siempre en guardia por los constantes ataques que recibía de unos y otros reinos.
Lo cual llegó a generar importantes tensiones internas, de carácter político.
El orden interno y la protección externa eran mantenidos por sus gobernantes, con un sesudo uso de la astucia, la inteligencia, la magia y, de ser necesario, la fuerza.

Estos gobernantes eran los Pendragon, una estirpe de nobles descendientes directos de Bruto, el troyano, y de los cuales descendería directamente el mismísimo rey Arturo, más tarde.
Pero eso... es otra historia
