Mamby y los poetas de Instagram.

En este artículo me desnudo un poco más. Y es que, aunque sea nuevo en esta plataforma y de lo que os voy a hablar ya no lo conservo, yo llegué humildemente a tener una cuenta con cinco mil seguidores en Instagram, en la cual principalmente me dedicaba a postear mis poemas. Muchos de ellos los conservo, otros no. Hice algunos recitales... total, que el caso no es ese. El caso es que la autoedición parecía la única manera de intentar conseguir un aporte económico mínimo que recompensase el tiempo y el esfuerzo. Me consta que muchos nos bajamos de ese barco porque la industria exigía imagen... bueno, ese es otro debate de once varas en el que no me apetece meterme, el caso es que una plataforma como Mamby puede dar cobijo a muchos y a muchas artistas que no tienen intención de autoeditar, y que están en el ostracismo de las redes sociales publicando sin compensación alguna por su arte y su esfuerzo.

De hecho, yo voy a utilizar mi humilde Instagram personal como soporte para Mamby.

Ojalá el ejemplo cunda en la red social de fotografía, y este nicho crezca.