La regla de los 21 días es un concepto muy popular que afirma que se necesitan 21 días para formar un nuevo hábito. La idea detrás de esta regla es que si se puede mantener un comportamiento durante 21 días consecutivos, se convierte en una parte natural de la rutina diaria. Pero, ¿de dónde viene esta regla y es realmente cierta?
La regla de los 21 días se originó en la década de 1950, cuando el cirujano plástico Maxwell Maltz comenzó a observar un patrón en sus pacientes. Maltz notó que después de realizar una cirugía, a menudo llevaba a sus pacientes alrededor de 21 días para acostumbrarse a su nueva apariencia. A partir de esta observación, Maltz desarrolló su teoría de que se necesitan 21 días para que cualquier persona se adapte a un cambio significativo.
Sin embargo, desde entonces, la regla de los 21 días ha sido malinterpretada y se ha aplicado incorrectamente a la formación de hábitos. El psicólogo Jeremy Dean ha analizado la investigación y concluyó que el tiempo que se necesita para formar un hábito varía ampliamente dependiendo de la persona, el hábito en sí y las circunstancias.
La verdad es que no hay una respuesta única para determinar cuánto tiempo se necesita para formar un nuevo hábito. Algunos estudios sugieren que pueden pasar solo 18 días para establecer un hábito, mientras que otros sugieren que pueden pasar hasta 66 días. La cantidad de tiempo que tarda una persona en formar un nuevo hábito también depende de factores como la complejidad del hábito, la consistencia y la frecuencia con la que se realiza.
En lugar de centrarse en la regla de los 21 días, es mejor concentrarse en el proceso de formación de hábitos. Aquí hay algunos consejos para ayudar a formar un nuevo hábito de manera efectiva:
- Comience pequeño: Comience con un hábito pequeño y fácil de lograr. Si el hábito es demasiado grande o difícil, es posible que se sienta abrumado y abandone rápidamente.
- Sea consistente: Trate de realizar el hábito todos los días al mismo tiempo. La consistencia es clave para establecer un hábito duradero.
- Sea realista: Sea realista en cuanto a lo que puede lograr en un día. Si espera demasiado de sí mismo, es posible que se sienta desanimado y abandone el hábito.
- Recompénsese: Cuando logre cumplir con el hábito, recompénsese a sí mismo de alguna manera. La recompensa puede ser algo pequeño como un dulce o un breve descanso.
- Registre su progreso: Lleve un registro de su progreso para que pueda ver cuánto ha avanzado y motivarse a seguir adelante.
En resumen, aunque la regla de los 21 días es un concepto popular, no es necesariamente cierto. La formación de hábitos varía ampliamente dependiendo de la persona y las circunstancias. En lugar de concentrarse en la regla de los 21 días, es mejor centrarse en el proceso de formación de hábitos y seguir los consejos anteriores para ayudar a establecer un nuevo hábito de manera efectiva. Además, es importante recordar que formar un hábito puede requerir tiempo y esfuerzo, pero los beneficios a largo plazo de tener hábitos saludables son valiosos.Por último, es importante tener en cuenta que formar un nuevo hábito no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana. Es un proceso que requiere tiempo, paciencia y esfuerzo continuo. Es posible que haya momentos en los que se tropiece o se desanime, pero lo importante es seguir adelante y no darse por vencido. Con el tiempo y la práctica, es posible establecer hábitos duraderos y saludables que mejoren la calidad de vida.