El propio Albert Einstein, en un genial artículo publicado el 8 de diciembre de 1933 en la revista Liberty, se manifestaba así sobre el individuo creador:
«Ya sea acumulándose o creciendo a través de innumerables generaciones, toda la civilización y toda la cultura han surgido de las raíces del individualismo creativo.
No fue la sociedad, sino un individuo, quien primero supo utilizar el fuego. Algún individuo también concibió primero la idea de conseguir alimento cultivando plantas. Igualmente, otros individuos inventaron la máquina de vapor y el filamento que nos trae la luz.
Sólo el individuo puede pensar y, pensando, crear nuevos valores para el mundo. Sólo el individuo puede idear nuevas normas morales que señalen el camino a seguir durante generaciones. Sin personalidades decisivas que piensen y creen independientemente, el progreso humano es inconcebible».