Si no podemos acceder, dentro de un proceso lógico, a todas las oportunidades que nos brinda nuestro conocimiento inconsciente, estaremos desperdiciando la mayor parte de nuestra capacidad para resolver los problemas; porque en la combinación de nuestro conocimiento global, el consciente y el inconsciente, está el secreto de nuestra creatividad.
Así lo han expresado todos los grandes creadores de la historia que alguna vez se pronunciaron sobre el tema. Lo que conocemos como inspiración no es más que una manifestación espontánea del inconsciente, que envía mensajes al consciente después de un periodo de incubación.
Salvador Dalí decía que el momento ideal para pintar, para expresarse, es aquel «en que se produce el delirio de lo espontáneo, a través de una actitud activa sistemática y sabia ante los fenómenos irracionales».