
Saludos! Continuamos nuestra crónica, esta vez hacia Kioto, la antigua capital imperial. Para ello, no nos demoremos más y ¡cojamos un tren Shinkansen!
Kioto, es una de las ciudades mas famosas de Japón, visitada por millones de turistas al año gracias a su vasto patrimonio histórico y monumental en excelente estado de conservación, ya que afortunadamente se libró de los masivos bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Aunque al ser tan visitada también provoca inconvenientes: dependiendo de la época del año, algunas zonas suelen estar muy concurridas. Si tenéis planeado ir este año, probablemente sea una buena idea, ya que aún no encontraréis los niveles récord de turistas alcanzados en 2019.

Es una ciudad muy dependiente del turismo, ya que no cuenta con un tejido económico e industrial equiparable al de otras grandes ciudades de Japón. Aunque tenga una de las mejores universidades de país, el gran talento que se forma allí tiende a migrar hacia otros centros económicos.
Además la administración de la ciudad reconoció que esta corría el riesgo de bancarrota debido a malas decisiones presupuestaras, por lo cual, el mismo gobierno central ha diseñado un plan económico para evitarlo.
En la actualidad, la ciudad esta recuperando el ritmo previo a la pandemia. En los años venideros deberá encontrar el equilibrio entre la actividad turística y conservar y proteger a sus propios ciudadanos ante la masificación de visitantes.

A pesar de todo, Kioto es un destino imprescindible, especialmente si es tu primera visita al país. No solo por la ciudad en sí, sino también por las magníficas ubicaciones cercanas, como Nara, Fushimi Inari, Arashiyama, entre otras.

En esta primera publicación sobre Kioto, nos centraremos en explorar el lado este de la ciudad y visitaremos algunas de las ubicaciones más emblemáticas, comenzando por Kiyomizu-dera.
Kiyomizu-dera
Kiyomizu-dera, también conocido como Otowasan Kiyomizu-dera (templo del agua pura), fue construido en 778 en el mismo lugar donde se encuentra la cascada de Otawa. Ambos se ubican en lo alto de una montaña en Higashiyama, al este de Kioto, junto con otros templos budistas y el santuario sintoísta de Jishu, reflejando el sincretismo japonés. El Kiyomizu-dera es famoso por su amplio balcón, sostenido por enormes pilares de madera, desde donde se puede disfrutar de una vista panorámica de Kioto y sus alrededores.

Lamentablemente , en el momento de la visita, en 2019, el balcón estaba en obras (sino recuerdo mal los trabajos de restauración tardaron tres años) por lo tanto no hay foto ya que estaba cubierto de “bonitos” andamios. Disculpad las molestias, mas mal me sabio a mí XD, en aquel momento desconocía que hubieran estos trabajos de rehabilitación, si vais ahora tendréis la suerte de verlo con un esplendor renovado. De todas formas os comparto una foto de archivo para que os hagáis una idea.
Como llegar a Kiyomizudera:
Sino te apetece caminar hay diversas líneas de autobús que llegan cerca, pero sino existe impedimento, te recomiendo encarecidamente que hagas la cuesta a pie. Yo la hice en pleno verano con el calor, con unos refrescos y yendo por la sombrita pude perfectamente, así que si tu visita es dentro de una estación menos calurosa no tendrás problema.

Para subir, existen dos calles que parten desde Gion: Ninenzaka y Sannenzaka. Estas calles son prácticamente peatonales y están repletas de tiendas de recuerdos, artesanía tradicional y puestos de comida, lo que hace el trayecto mucho más ameno. Si no recuerdo mal, primero subí por Ninenzaka, luego por Sannenzaka y finalmente por la cuesta de Kiyomizuzaka.
Recorrido por Kiyomizudera:
A continuación voy a intentar describir el recorrido que hice, pero ya os digo que me esta resultando harto difícil, por la cantidad de edificaciones que hay en todo el complejo ,y además es difícil encontrar información sobre ellas. Encima Google Fotos me ha desordenado la fotos en un caos cronológico XD
Lo primero que encontramos es la imponente puerta roja de Nio-mon, que marca la entrada a todo el complejo de templos de Kiyomizu-dera. Esta puerta alberga a dos guardianes Niō, quienes protegen la entrada de los espíritus malignos.

A continuación, se encuentra la puerta oeste Sai-mon, conocida por sus curiosas esculturas de cabezas de elefantes de origen coreano. También alberga a otros dos guardianes. Justo detrás de la puerta se encuentra la pagoda de tres pisos.


Cerca hay una escultura de una de las cuatro criaturas divinas de Kyoto, protectores de los cuatro puntos cardinales de la ciudad. En este caso se trata de Seiryū, el dragón que protege el este. Cuenta la leyenda que por las noches se acerca a la cascada Otawa para beber de su agua.

Mas adelante nos encontramos el salón Zuigu-do, dedicado a la madre de Buda. Este salón tiene una peculiaridad especial: en su interior hay un pasillo que debe recorrerse completamente a oscuras, guiándote únicamente por una cuerda que te lleva hasta una piedra apenas iluminada con un carácter en sánscrito. Este recorrido simboliza el útero materno, una vez completado y vuelves a la luz es como si renacieras. Bueno, yo no sentí exactamente eso, pero si que es algo especial, me pongo en el lugar de un monje o peregrino en esa época, cuando no había tanto turista, y no me extrañaría que así fuera.

Dentro del complejo se encuentra el santuario de Jishu, bastante popular ya que esta dedicado al amor. Muchas personas acuden a las deidades que habitan allí en busca de ayuda para encontrar el amor. Entre todas las deidades, la más popular es Okuninushi, la deidad del amor incondicional, que se encuentra justo en la entrada del santuario. Acompañando de su ayudante, una traviesa liebre que fue salvada por el dios de ser despellejada por unos campesinos debido a sus travesuras.

Dentro del recinto de Jishu me llamo la atención un curioso ritual: un chico occidental con los ojos vendados, recorrió la distancia entre dos piedras, unos 5 metros o mas. Dice la tradición que si consigues hacer el recorrido encontraras el amor pronto, sino será mucho mas tarde. Espero que el chaval tuviera esa suerte, a la próxima probaré yo XD.


A continuación encontramos el lugar más visitado junto al gran salón, la cascada Otawa, que está dividida en tres arroyos. Según la tradición, al beber ,de cada uno de ellos se obtienen diferentes bendiciones: el primero otorga una larga vida, el segundo éxito en los estudios y el último éxito en el amor. Sin embargo, ten en cuenta que está mal visto beber de los tres, ya que se considera un acto codicioso. Por lo tanto, elige bien de cuál arroyo deseas beber.


Y por último el salón principal Hondo, donde se encuentra la estatua de bodhisattva de la misericordia Kannon acompañada por 28 deidades guardianes. También el famoso balcón de 13 metros de altura, que como os comenté previamente en aquel momento estaba en reformas.

Hay muchas mas cosas que ver en Kiyomizudera, pero tampoco pretendo hacer un artículo larguísimo, sobretodo he descrito lo mas importante. También he querido reservar ciertas cosas por si queréis las descubrías por vosotros mismos. A continuación descendemos por las calles de corte tradicional del distrito de Higashiyama, hasta llegar al santuario Yasaka.

Ruta hacía Yasaka:
La ruta que utilizaremos para llegar a Yasaka es prácticamente la misma para para subir hacia Kiyomizudera pero a la inversa. Primero descenderemos la cuesta de Kiyomizuzaka, donde ya podremos ver los primeros comercios tradicionales , la mayoría tiendas de recuerdos y algunas cuchillerías.

A continuación encontraremos la pendiente Sannenzaka que tomaremos para seguir nuestra ruta. Aquí aparte de tiendas de cerámica tradicional, suelen haber muchas tetarías y cafeterías, en verano sobre todo heladerías de té matcha, el helado que mas triunfa en Japón, les encanta! . Eso si todas las edificaciones son de corte tradicional, es como viajar en una capsula del tiempo hasta al pasado.

Habrá un momento donde ya podrá verse la famosa pagoda Yasaka de 46 metros del antiguo templo Hokan-ji. No mucho tiempo después encontraras la cuesta Ninenzaka, donde hay bonitas jugueterías tradicionales y mas comercios de cerámica también tradicional. Además, sino recuerdo mal hay una tienda dedicada al Studio Ghibli cargado de productos inspirados en sus películas.

Ya pasado de largo Ninenzaka, te encontraras cerca del conocido barrio de Gion, y justo al final de la calle Shijō verás el portón de la entrada oeste del santuario Yasaka. La verdad debido al portón bermellón pensaría que es un templo Budista. En cambio la entrada sur cerca del parque Maruyama, efectivamente si viene acompañada de su respectivo Torii como en la mayoría de santuarios sintoístas.

Os acordáis del dragón Seiryū, dios protector del este de Kioto? Es también conocido como el dragón de aguas azules, y Yasaka se edificó en su honor en el VII (período Asuka) en pleno esplendor de Kioto como la capital del país. Según la leyenda, para garantizar la prosperidad de la ciudad, se construyó el santuario encima del un lago subterráneo, por el cual proporcionar agua al dragón Seiryū y así conseguir su bendición.
Yasaka-jinja es un complejo sintoísta especialmente conocido por el Buden ( salón de danza) y el Honden (salón principal) ambos ubicados en el patio central, edificaciones que son mayor reclamo de los visitantes.


Lo primero que llama la atención del Buden son los faroles que lo adornan, especialmente bonitos de noche al estar iluminados. Llevan escritos los nombres de las empresas y comercios que ayudan con donaciones para el mantenimiento y conservación del todo el complejo. El salón aparte de usarse para la danza, también se utiliza para otro rituales tales como bodas sintoístas o durante la celebración del Gion Matsuri, donde se consagran diferentes deidades en sus respectivos altares portátiles llamados mikoshi.

El Hoden tiene el estilo arquitectónico del período Heian, pero además presenta la particularidad de tener bajo el mismo gran techo el salón principal y el dedicado a las plegarias, cuando normalmente se construían por separado. Antes mencionamos al dragón Seiryū, pues precisamente debajo del gran salón se encuentra un estanque donde se dice que esta la cueva donde vive este dios.


Además de estas dos grandes edificaciones existen otros pequeños santuarios llamados yashiro dedicados a otras deidades como Inari o el anteriormente mencionado dios del amor Okuninushi.



Me extendería mucho mas pero no quiero atiborrar a mis lectores, solo pretendía dar un primer acercamiento de Kioto, y especialmente de Higashiyama, el distrito este de la ciudad, muy acorde con la visión del Japón tradicional que muchos occidentales tienen en mente gracias a muchísimas obras de ficción tanto literarias como cinematográficas.

El viaje por Kioto no termina aquí, la ciudad y sus alrededores aguardan mucho mas tesoros que nos esperan. Nos vemos en la siguiente entrega de... La Crónica Japonesa!

