Se dice que en la antigüedad había un lugar mágico donde cruzaba un río. Siempre fluía con aguas cristalinas, las piedras brillaban a su paso creando un espectáculo visual. Empezaba en la montaña y se deslizaba varios kilómetros terminando en un bosque.
Un día el ser humano lo descubrió y lo utilizó para su supervivencia. Empezaron a pescar y a beber en sus aguas, las utilizaron para la cosecha. Nadie se percato pero empezaron a desaparecer las enfermedades y la gente dejo de envejecer.
Con el tiempo la voz se extendió y llegaron personas que querían controlar el río e investigar aquel fenómeno. Al principio fue fácil defenderse pero cada vez venían grupos de personas más organizadas. Una noche atacaron por sorpresa y consiguieron apropiarse de la aldea. Hubo tanto sufrimiento que el agua se tiño de rojo y dejo de tener magia.

Los dioses juraron que no volverían a compartir su agua sagrada hasta que un alma pura conectara con ellos en un estado de conciencia digno de su honor.
Los ríos tienen una gran importancia en la tierra, son una fuente importante de agua dulce, de ellos dependen muchos animales, plantas, personas, etc... son una parte fundamental de los ecosistemas, regulan la bio-diversidad y la calidad del aire entre otras muchas cosas.