
Valentín fue un sacerdote que se opuso a una orden del emperador Claudio II, con la cual se pretendían prohibir las celebraciones de matrimonios para los jóvenes. Se consideraba que aquellos solteros sin familia eran perfiles inmejorables para ser grandes soldados, pues no tenían ataduras ni vínculos sentimentales. Ante esto, Valentín se opuso radicalmente y comenzó a celebrar en secreto los matrimonios de quienes estaban enamorados, en las bodegas de las cárceles. Pero todo llega a su fin, y cuando Claudio II supo de las acciones de San Valentín le sentenció a muerte, un 14 de febrero de 270, por desobediencia y rebeldía.