
Según Akira Toriyama, no sería incorrecto afirmar que su mejor periodo artístico ocurrió poco después del final del manga de Dragon Ball, a principios del nuevo milenio. Sin embargo, el propio Toriyama considera que su arte de aquel momento era "inmaduro".
A pesar de que algunos fans pueden haber disfrutado de su estilo artístico en esa época, Toriyama era alguien muy exigente y autocrítico, hasta el punto de sentir que su trabajo no estaba a la altura de sus propias expectativas.