El esplendor de la noche
En casa,
en la caja donde lo tengo
para que el brillante Sol
no lo destiña
-como una vieja blusa
comprada en los chinos-;
como nuestros hilos
cada vez más pútridos;
guardo tu regalo.
II
Sería un placer
arrojarlo al camión
con hombres cansados y cascos
de bicicleta como seguro,
como la inseguridad que manejabas
sin conocerme,
como el grano de amor
que conservaba
antes de conocerte.
III
A ese camión de insomnio,
arrojarlo.
IV
No sin antes confirmar
en una de tus cartas
rápidas
aprisas
y lejanas
tu desinterés por el mismo.
V
En casa no ocupa mucho espacio;
en la caja sólo la parte superior
pegando a la raja abierta que hace de
portal para la entrada mínima de Sol;
pero tu recuerdo
inunda mi cuerpo
hasta adormecerlo.
VI
Porque te seguiré queriendo,
-y esperando tu carta-,
hasta que el Sol deje de brillar,
-para preservar tu regalo-,
y la mar
(que es el morir)
sea redonda.
Coronil

Ojalá coincidamos en otras vidas, ya no tan tercos, ya no tan jóvenes, ya no tan ciegos ni testarudos, ya sin razones sino pasiones, ya sin orgullo ni pretensiones. Charles Bukowski
Comenten🖋️