
En la pequeña aldea de Santa Eulalia de Bóveda, provincia de Lugo, se encuentra un edificio soterrado, ejemplar único en todo el Occidente Europeo construido con patrones arquitectónicos y ornamentales utilizados frecuentemente en el Mediterráneo oriental clásico.

Al llegar, nos encontramos con una original fachada en la que se aprecian unos misteriosos relieves, y una puerta con un arco de herradura que es, posiblemente, el más antiguo de la Península Ibérica e incluso de toda Europa.




Una vez en el interior, descubrimos unas pinturas murales de gran realismo, que proporcionan color al edificio, que fue declarado Monumento Nacional en 1.935 y Bien de Interés Cultural en 1.985.

Lo más complicado ha sido determinar cuándo y para qué fue creado, habiéndose planteaeo, a lo largo de los años, diversas teorías sobre su función, siendo las principales las siguientes:
-Templo pagando con culto a Dios es paganos.
- Edificio romano dedicado al culto cristiano.
-Edificio romano reutilizado para iglesia priscilianista.
- Edificio romano dedicado a las ninfas.
-Templo visigodo.
- Función funeraria.
Sin embargo, la tesis generalmente aceptada es que se trata de un ninfeo del siglo lV d.C., como centro de salud dedicado a las ninfas o cualquier otro Dios pagano y posteriormente cristianizado. Esta teoría se consolidó después de que se liberase de las losas de mármol que lo cubrían, un estanque de agua situado en medio de la estancia.


Algunos de los motivos representados en las pinturas podrían estar relacionadas con manifestaciones del arte prerrománico asturiano.
Por desgracia, la mala elección de los criterios de conservación y restauración aplicados a lo largo de los años, han propiciado que hayan desaparecido algunos de los motivos pictóricos que se situaban en el centro de la bóveda.
Sea cual sea su orígen y la función para la que fue construido, el monumento soterrado de Santa Eulalia de Bóveda se merece una visita y nos ofrece la posibilidad de reflexionar sobre la historia de nuestro pasado.