Es por ello que tengo miedo a ese día, al día que no tenga a nadie. El día que no tenga a nadie saldrán todas estas inspiraciones, sin estar solo, sin estar abrumado, sin estar atrapado, pero tampoco solo. Pero no tan solo yo, todos entenderemos la pregunta más importante de nuestra historia, del final de nuestra vida, de como entender de la muerte, de si está presente, de si se puede estudiar, de si se puede entender. No quiero mostrar mi postura a ese tema, porque no estoy solo, y no he encontrado esa respuesta. Pero el reflejo de estarlo, sería el ya estar muerto. Porque solo una persona tiene sus verdaderos principios cuando ha sobrepasado todos los límites, y la muerte es uno de ellos. Para los mas indiscretos, no quiere decirse que las personas no puedan tener principios, siempre se pueden tener, pero claro está con bases éticas. Y como bien digo, la ética es el reflejo del sentido común en su apogeo. Sin embargo, ¿para que interesarse por la muerte, si noes para perpetuarla? Tal vez, enfrentarse a ella es lo correcto, al igual que enfrentarte al día en el que no tenga a nadie. Por lo tanto, no habrá muerte si en su termino lo explicamos como una perdida, si no como una victoria. Una victoria de haber conseguido el logro de pasar la prueba de tu vida, la prueba de tu destino, el estar orgulloso de tu tiempo en está vida tan específica.