A Regina no le quedo más remedio que pedir ayuda a aquella extraña mujer que vivía apartada en una vieja cabaña. Se había perdido en el bosque haciendo senderismo y por más que intentaba orientarse la brújula la llevaba siempre al mismo lugar. Hacía tanto frío que si permanecía más a laintemperie moriría congelada. La mujer no hablaba, solo le sonrió durante algunos segundos y se metió en su cuarto. Regina se sentó en un sofá que había justo debajo de la ventana y empezó a mirar a su alrededor. No había nada más allí, ni cocina, ni muebles ni ningún tipo de objeto solo calaveras colgadas en la pared. Regina se levantó y fue a mirar más de cerca las calaveras pensandoque eran de plástico y se llevó una amarga sorpresa al comprobar que no solo eran reales, sino que además tenían restos de piel, sangre y tejido aún pegados a ellas. Se apartó rápidamente y fue hasta la puerta para escapar de allí, pero estaba cerrada con llave. Fue hacía la ventana que estaba justodetrás del sofá y también estaba cerrada. Se dio la vuelta y vio detrás de ella a la mujer mirándola con la misma sonrisa en los labios. Levantó la mano izquierda y vio que llevaba un cuchillo de hoja afilada de más de diez centímetros de largo que le enterró lentamente en el corazón. No le diotiempo a reaccionar, solo sintió como se le quebraban las costillas y se le partía el corazón por la mitad dejándola allí paralizada viendo como se le escapaba la vida y entraba a formar parte del clubde las calaveras.Un consejo, si haces senderismo y te pierdes y ves que tu brújula te lleva una vieja cabaña no entres o te arrepentirás.
