La sorprendente petición de una niña
Señor:
No quiero pedirte nada especial ni inalcanzable, como ocurre con otros niños y niñas que se dirigen a ti cada noche.
Tú eres bueno y proteges a todos los niños y niñas por igual en la tierra. Hoy quiero pedirte un gran favor, sin que se enteren mis padres. Transfórmame en el mejor “Smartphone”, para que mis padres me cuiden de la misma manera que al “Cel”, para que me miren con el mismo interés con el que mi madre mira lo que publican en las redes sociales o mi padre ve las series. Quiero hablar como algunos influencers del Youtube, que cuando lo hacen, toda mi familia se calla para escucharlos con atención y sin interrumpirlos. Quiero ver a mi madre suspirar frente a mí, como lo hace cuando ve las fotos en Instagram de actores famosos o poder hacer reír a mi padre como lo logran ciertos memes humorísticos o simplemente que me crean cuando les cuento mis fantasías sin necesidad de decir: “Es cierto, lo vi en el Facebook”.
Quiero representar al “celular” para ser la reyna de la casa, el centro de atención que ocupa el mejor lugar para que todas las miradas se dirijan a mí. Quiero sentir sobre mí la preocupación que experimentan mis padres cuando el celular comienza a fallar y rápidamente lo llevan al técnico.
Quiero ser un “Smartphone” para ser el mejor amigo de mis padres, su héroe favorito, el que más influya en sus vidas, el que haga que recuerden que soy su hija y el que ojalá les muestre más la paz que la violencia.
Señor, por favor, déjame ser “celular”… al menos por un dia.