
Mónica (La profesora) fue despedida y sancionada y tuvo que asumir que si le hacía daño a Ginebra.
Ésta fue una de las tantas anécdotas que a Ginebra la hicieron fortalecerse en su vida, aprender a que siempre hay que soltar estas cadenas que a veces nos atan.
Al llegar a los 13 años Ginebra se enamoró de un chico que la deslumbró, claro está que era el más guapo del cole y todas las chicas estaban derretidas por este chico. Ginebra seguía siendo tímida pero logró en varias ocasiones entablar una conversación con este chico que tanto le gustaba. El era blanco, rubio, fornido, atento, simpático, empático y tenía una sonrisa que enamoraba, cada vez que hablaba con él no dejaba de latir su corazón muy rápido y sentirse nerviosa. Un día ella decidió perder el temor y decirle a este chico que estaba profundamente enamorada de él, con temor sabía cuál sería la respuesta de él y no se equivocó.
El chico le dijo que ella era muy linda y que disfrutaba mucho hablar con ella pero que no la veía con otros ojos más que los de amistad, sin embargo ella intuía que el si gustaba de ella pero no era un gustar suficiente para querer tener algo sentimental más fuerte, que ser solo amigos.
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Continuará....