
Un poco de divertida historia sobre BILBAO SONG. La canción que el escritor Bertolt Brecht incluyó en una obra de teatro.
La Canción de Bilbao, BILBAO SONG, aparece en el primer acto de la comedia musical Happy End, escrita por Kurt Weill, música de Elisabeth Hauptman y canciones del propio Bertolt Brecht en 1929.
A pesar de tener autores alemanes, la comedia está ambientada en el gangsteril Chicago de los años 20, y es la historia de cómo Lilian Holidays, una teniente del Ejército de Salvación, intenta convertir y llevar al bien al jefe mafioso Bill Cracker. Pero dejemos al lector que quiera, investigar si al final el bien triunfa sobre el mal y vamos a centrarnos en saber que pinta Bilbao en todo esto.
En el primer acto, un corrupto gobernador del estado de Illinos manifiesta que una vez liquidado Gorilla, el jefe de la banda rival, Bill Cracker tendrá el control y su local el Bill´s Beer Hall ocupará un lugar más destacado que el original en BILBAO. Entra entonces en escena la Bilbao Song de Brecht y la vida de esta canción por todo el mundo hasta el día de hoy.
La realidad es que no sabemos si el imaginario gobernador de Chicago se refería a la ciudad de Bilbao, a algún lugar de Illinos o si Brecht utilizó el nombre por mera cuestión de juego de palabras con Bill. Ignoramos la razón para nombrar la ciudad ahí, no vuelve a aparecer en la obra, y Brecht no anduvo por estos lares. Pero ahí quedó la canción para siempre.
Lo cierto es que describe un tugurio canalla en el que se veía la luna por unas grietas en el techo. La canción se separa algo del guion y convierte al local en un personaje adicional, con una historia propia:
“Nos quedará por siempre Bilbao, Bilbao un tugurio que mejora un continente, adentro siempre circulaba el whisky, el money, el gozo lo que entiendo por lugar recomendable más no sé a cuantos de ustedes les hubiera encantado frecuentar un antro así, hay algunos charcos de coñac y una pista para bailar también una Luna allá en lo alto y la música sonaba y te mataba de emoción”
Contamos con varias traducciones y versiones más o menos libres de la letra. Me gusta esta que es bastante fiel al libreto, sobre todo en la historia y en el final de la vida del antro.
“Llegó la primavera y un veinte de mayo nos llegó una carta urgente del juzgado en ella nos decían sutilmente, con pocas palabras, ¡o se largan o serán desalojados! hoy francamente está cambiado de un tugurio extraordinario han hecho una vulgaridad, no, no consiguieron encerrar a la Luna en aquel lugar ahora vaga errante por el cielo y la música que suena puede hacerte vomitar”
En fin, como dice la comedia lo convirtieron en una heladería middlel Class, abandonando la bohemia gangsteril.
Una de las primeras buenas versiones fue la de Lotte Lenya. Pero yo tengo predilección por esta de Ute Lemper.
https://youtu.be/OqJMPZUq-4c?list=RDOqJMPZUq-4c
Creo que la voz rasgada de Ute es muy apropiada para la música de Cabaret canalla y que se identifica muy bien con el ambiente de aquel Berlín enloquecido de la República de Weimar prenazi . Aquel que Bob Fosse nos mostró magistralmente en su película Cabaret con aquel maestro de ceremonias tan irónico al dejar entrever la sociedad del momento. Un entorno histórico descrito fascinantemente en la novela de Arthur R.G. Solssem Una Princesa en Berlín. La interpretación de Ute Lemper transmite muy bien esa música, el ambiente y recuerda una época muy interesante. Sugiero a los amigos de la Factoría Cultural Martínez que integren algo de todo esto en las propuestas de su especial escenario.
La versión más popular fue la de Andy Williams, quien tomó la adaptación y letra de Johny Mercer, y que yo conozco desde niño ya que era pieza obligada en el pick up en fiestas y saraos en la casa de mis padres en Bilbao. En 1980 estando invitado a la representación de la obra de fin de carrera de los alumnos de la Royal Academy of Dramatic Arts en Londres, ellos pusieron en escena un variado repertorio de Bertolt Brecht y me dio un doble vuelco el corazón por escuchar allí esa canción tan familiar, la Bilbao Song y porque descubrí que no era de Andy Williams.
Los americanos urbanizaron la letra, y poco tiene que ver con la original, en la que incluso se habla del bar de un tal Tony en la playa. Nada que ver.
https://youtu.be/kXeOjyKZRqU
son la de Yves Montand que, en mi opinión, la frivoliza al despojarla de su ambiente cutre y algo lumpen. La del bilbaíno El Consorcio está bien y la podría utilizar el municipio como reclamo publicitario para promover el turismo a la ciudad.
El cineasta Woody Allen utilizó la melodía en una escena de su película An other Woman en 1988.
En fin, por diversos actos, como por ejemplo leer un manifiesto político en el escenario, en Berlín en 1929 la obra sólo tuvo 7 representaciones. Ya en 1975 y en Broadway Happy End levantó el telón 77 veces. La canción fue el final feliz de un inicial naufragio teatral.
Hay otra versión de una”Bilbao Song” que es el poema que José Agustín Goytisolo dedicó a la ciudad de niñeras increíbles con algún que otro gramo de la amargura de la poesía social de los 50. Pero este es otro tema.