Cadena perpetua

Pensó que era algo pasajero que le metieron en el calabozo pero a medida que pasaban las horas Juan se dio cuenta de que esto era más serio que cualquier otro robo que hubiera cometido pasaban las horas y en su silencio fúnebre llegó el abogado. Mira Juan le dijo el abogado tienes un problema serio se te acusa de una muerte y eso con alevosía. Juan sorprendido le dijo al abogado que era totalmente inocente pasó dos días más en el calabozo hasta que le llevaron a los juzgados de plaza Castilla, en España no se dicta la pena de muerte pero sí cadena perpetua qué es lo que al final le dictaminaron a Juan. Este lloraba desconsolado y decía señoría yo no soy un asesino. Se que he cometido errores en el pasado pero lo máximo que he hecho ha sido atacar una farmacia. El juez de mira burlón y le dice si hiciera caso a todo lo que me dicen los granujas como tú el mundo estaría lleno de asesinos. Juan fue destinado a Ocaña uno en el camino a la cárcel Juan pensó un momento tengo que despertar de este sueño es cierto tengo que despertar. Pero Juan no despertaba la realidad era su castigo de cadena perpetua. Tardaron como una media hora en llegar de plaza Castilla a Ocaña. Cuando llegaron al presidio le hicieron desnudar y hacer flexiones para comprobar que no llevaba nada de droga le quitaron los cordones de los zapatos, los anillos y los pendientes. Tan solo aguantó tres días y dos noches para quitarse la vida. Había una tubería en el techo y Juan enroscó la sábana con una sombrante precisión y acto seguido se colgó. No murió de repente murió agonizando y en su mala suerte no se rompió el cuello al caer por el propio peso así que pasaron cinco minutos torturados hasta su muerte.