
Autora: Sarah Goodridge
Año:1828
La pintora miniaturista hace un fiel retrato de sus dos senos en un formato de 8cm.
¿Porqué una dama en 1828, recién cumplidos los cuarenta hace una obra obra de este tipo?
Pues bien ¡se trataba de un nude!... y esque este retrato lo pinta para su amante, un político llamado Daniel Webster. Un tipo sin mucha relevancia que acabaría por dejarla para formar una familia típica del ideal norteamericano.
Era algo típico del siglo XIX que los puritanos llevarán miniaturas de los ojos retratados de sus amores secretos para pensarlas sin levantar sospechas, en sus ratos de privada soledad.
Sólo que en este caso, Sarah fue más allá y retrató con ilusión su 'otra mirada', que ella considero más 'útil' para su querido. Realizando así una pintura más íntima, picantona, sugerente y ¿porqué no decirlo? feminista.
Y más allá de la fuerte er0tica que destila la pieza, vemos la fantástica técnica y personalidad de esta excelente artista que, en una época donde las mujeres artistas eran mal vistas, ella lograba ganarse muy dignamente y bien el pan gracias a su talento.
Sarah Goodridge desafía los estereotipos de la mujer, y quizás por eso nunca llegó a tener marido. Puede que no siquiera quisiera tenerlo.
Ella sólo quiso pintar. Pintar y, cuando le apeteciese, lucir sus bellos peechos, que muy dignos eran de lucirse.
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