En el corazón de la amapola
habita un hombre voraz,
sediento de sangre y olas
de las playas y del mar.
Musita en silencio tu nombre,
musitando sin parar,
no quiere el sueño de muerte
que tu le vas a mostrar.
Evita cualquier ruido,
pues todo ha de escuchar,
llorando por las aceras
camina sintiendo el compás,
de un fuego eterno y perenne
por donde quiera que va.
Amigo mío,susurra,
de donde vienes
a donde vas,
no soy el hombre del sueño
que venías a mostrar,
soy el ángel que ha caído
del temblor del más allá,
y quieren matarme ahora
porque no puedo ayudar
a los hombres y mujeres
de este mundo infernal.
Jose Pedro