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Tal vez sea un cabrón, un mentiroso, un elitista, tal vez odie con facilidad y me crea superior a todos.

Tal vez sea cierto eso de que soy un enfermo y que mato por puro placer, que disfruto con las imágenes de sangre y explosiones del telediario.

Es cierto que bajo a los parques a tirar piedras y poner la zancadilla a los niños o paseo por la calle con una pistola de ácido rociando a todo el que me sale de "ahí".

Un machista, que cierra los puños antes de abrir los oídos. Y  un malhablado. Un borde. Un idiota y, a veces, un amargado cenizo.

Cierto puede ser  que empujo a todo el mundo sólo para buscar una cara nueva que partir.

No puedo negar que no reprimo ni un solo impulso de violación y acoso físico cuando llama a mi puerta, así como también cosecho el dinero de los mendigos y artistas del metro mientras les coloco el cuchillo bajo la garganta, amenazante.

Et vero que arranco las alas a los animalillos que las poseían hasta que se cruzan en mi camino, que pisoteo por puro gozo a todo lo que cabe bajo la suela de mi zapato y que tiro el aceite usado por el fregadero.

Acostumbro, siempre que cojo un crucero, a hacerlo naufragar después de tirar toda el combustible al mar, mientras me voy en el último bote salvavidas y, cuando me rescatan aseguro ser el único superviviente.

Soy el que corta el bacalao en cada rito satánico, y aún siendo ateo, pues lo que me mueve es este mórbido sadismo.

Admito que cuando me canso de una conversación escupo en la cara de mi interlocutor para hacérselo saber.

Y mentiría si dijese que pienso cambiar y dejar de hacerlo.

Pero, cuando quiero a alguien.... lo hago de verdad ♥ :)