El viento estalla en silbido,
el cielo plomizo
deshoja mi amanecer
triste y sombrío.
Y no estas conmigo,
nostalgia de un pasado
caduco y marchito,
que de un tiempo
a esta parte no cito.
Leerme entre penumbra,
entre sombras quejumbrosas,
entre quejidos y lamentos.
Leerme porque no estoy,
me fui con ella a dormitar al exilio.
Figuro vuestra sonrisa,
entre labios aún dormidos,
vuestro palpitar
sin una razón,
sin un sentido.
Leerme porque en vosotros vivo
y viviré por siempre
en vuestro corazón altivo,
que de burlas ha llenado
este cuerpo ya vencido,
pero no lograreis vencer
a la musa de mi libro,
que siempre alzará el vuelo
con firmeza y con sigilo.
Y mi musa ganará
la batalla del olvido.
Eres musa de mi alma
y mi alma está contigo,
y a los que osen callarla
con veneno les recibo.
A todas las musas de todos los escritores.
José Pedro