
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neuropsiquiátrico que se caracteriza por la dificultad para prestar atención, la hiperactividad y la impulsividad. El TDAH se puede clasificar en diferentes tipos, según los síntomas predominantes. A continuación, te menciono los tres tipos principales de TDAH reconocidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5):
- TDAH predominantemente hiperactivo/impulsivo: En este tipo de TDAH, los síntomas de hiperactividad y la impulsividad son más prominentes que los de falta de atención. Las personas con este tipo de TDAH tienden a ser inquietas, impulsivas, hablar en exceso, tener dificultades para esperar su turno y presentar conductas disruptivas.
- TDAH predominantemente desatento: En este tipo de TDAH, los síntomas de falta de atención son más pronunciados que los de hiperactividad e impulsividad. Las personas con este tipo de TDAH pueden tener dificultad para prestar atención, ser distraídas, olvidadizas, tener dificultades para seguir instrucciones y organizarse, y pueden parecer "ensimismadas" o "distraídas".
- TDAH combinado: Este tipo de TDAH implica la presencia tanto de síntomas de falta de atención como de hiperactividad/impulsividad en un grado significativo. Las personas con TDAH combinado pueden tener dificultades para prestar atención, ser hiperactivas, impulsivas y mostrar comportamientos desorganizados.
En una persona con TDAH, la desatención, la hiperactividad y la impulsividad pueden manifestarse de diferentes formas. A continuación, te proporciono algunos ejemplos de cómo pueden presentarse estos síntomas:
Desatención:
- Dificultad para prestar atención a los detalles o cometer errores descuidados en tareas escolares o laborales.
- Dificultad para mantener la atención en tareas o actividades, especialmente si no son de su interés.
- Parecer no escuchar cuando se le habla directamente.
- Olvidar o perder objetos necesarios para completar tareas.
- Dificultad para seguir instrucciones o completar tareas organizadas.
Hiperactividad:
- Incapacidad para mantenerse quieto o sentado en situaciones donde se espera que se esté quieto.
- Sensación de inquietud interna o la necesidad de moverse constantemente.
- Hablar en exceso o de manera impulsiva sin considerar el turno de los demás.
- Dificultad para jugar o participar en actividades de ocio de forma tranquila.
- Sensación de "correr" o "trepar" en situaciones inapropiadas.
Impulsividad:
- Dificultad para esperar el turno adecuado o interrumpir o interceder en las conversaciones de los demás.
- Tendencia a tomar decisiones impulsivas sin considerar las consecuencias.
- Actuar sin pensar en las posibles implicaciones o peligros.
- Tener dificultad para controlar los impulsos emocionales, lo que puede llevar a estallidos de ira o frustración.
Es importante destacar que estos síntomas deben estar presentes de manera persistente y provocar un deterioro significativo en diferentes áreas de la vida de la persona, como en el ámbito académico, laboral o en las relaciones interpersonales. Si sospechas que tú o alguien que conoces pueda tener TDAH, es recomendable buscar la evaluación y el diagnóstico de un profesional de la salud mental, como un psiquiatra o psicólogo especializado en el trastorno.